Demandas

I. Declaración del Problema

Las acciones de las instituciones financieras están causando daños a las comunidades, la naturaleza y el clima, provocando desestabilización y conflictos. La regulación financiera debe establecer marcos para evitar la desestabilización fundamental de nuestra economía y promover así un futuro sostenible para nuestro planeta. Se trata de una responsabilidad importante.

Por lo tanto, hacemos un llamamiento a los reguladores y supervisores financieros, a los banqueros centrales, al BIS, al BCBS, al FSB y al G20 para que se atengan a los siguientes principios.

II. Principios

Acabar ya con la financiación fósil. Es hora de cortar el apoyo financiero a los combustibles fósiles. Por el bien de la humanidad, la naturaleza, el clima y la estabilidad financiera, los reguladores financieros y los banqueros centrales deben supervisar la transición del sector financiero para alejarse de la destructiva y arriesgada industria de los combustibles fósiles. Esto requerirá una acción decisiva por parte de los organismos internacionales de normalización.

Derechos de los pueblos indígenas y derechos humanos. Exigimos el reconocimiento crítico de los derechos fundamentales de las comunidades indígenas y tradicionales. Los organismos financieros deben respetar estos derechos, incluido su derecho a la consulta y al acuerdo -o rechazo- en relación con proyectos dentro de sus dominios. El Derecho a Decir No refuerza el derecho central de las comunidades no sólo a participar y conocer los planes, sino también a rechazar las propuestas si los resultados de las negociaciones no son satisfactorios. Este concepto crucial amplifica las voces de las comunidades, promueve una posición equitativa e insta a las empresas a valorar la sabiduría indígena y el derecho consuetudinario. Por lo tanto, el Derecho a Decir No es también un derecho a respaldar una autodeterminación, dotando a las comunidades de una herramienta tangible para dar forma a su propio modelo de crecimiento a través de métodos de base y de la legislación local. Las instituciones financieras tienen el deber de diligencia de evitar cualquier violación de derechos humanos fundamentales como la salud, la vida, el agua, la intimidad y la propiedad, que a menudo se ven amenazados por las industrias extractivas.

Defensa Ambiental y Prevención de Daños: Es crucial que ningún respaldo financiero apoye actividades que conduzcan a la deforestación y la destrucción de ecosistemas críticos: nuestros mares, humedales, selvas tropicales y criosfera. La preservación de nuestros ecosistemas debe tener prioridad en la toma de decisiones financieras.

Enfoque Precautorio, Supervisión Prospectiva y Equidad. Los impactos de la crisis climática y de biodiversidad no deben subestimarse debido a su radical incertidumbre. Pedimos un enfoque prospectivo de la planificación y la supervisión financieras, que tenga en cuenta los efectos a largo plazo del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Debemos equilibrar la necesidad de coherencia global con el reconocimiento de que algunos países pueden necesitar más tiempo y apoyo para lograr estas reformas.

Deuda x Clima. Los países del Sur Global se encuentran en la primer línea de las crisis de deuda y climática. La deuda es una forma de colonialismo que fuerza a estos países a continuar con la extracción de combustibles fósiles e impide cualquier tipo de acción climatica de la magnitud necesaria para enfrentar la crisis climática. Los países ricos del Norte Global deben comenzar a pagar su deuda ecológica con el Sur a través de la anulación de las deudas financieras que poseen sobre los países del Sur, para permitir una transición energética justa y autodeterminada.

Descolonizar las finanzas mundiales. Es imperativo que organizaciones como el BPI, el FMI y el Banco Mundial revisen su propósito y se esfuercen por establecer un sistema financiero internacional que atienda las necesidades tanto del Sur Global como de las generaciones venideras. Las actuales trampas de la deuda asociadas al desarrollo y la ayuda en caso de catástrofe, los injustos sistemas de calificación crediticia, el control del Norte Global sobre las votaciones del FMI y la asignación de activos de reserva, el ajuste estructural y las medidas de austeridad, entre otras políticas, sostienen prácticas coloniales. Es esencial promover una representación equitativa de las naciones del Sur Global y de sus bancos centrales en los espacios de toma de decisiones financieras y en el establecimiento de normas globales.

III. Políticas Inmediatas

Exigimos la aplicación inmediata de requisitos de capital uno por uno para los nuevos proyectos de combustibles fósiles, proyectos con riesgos de deforestación o degradación del ecosistema.

Los Ministros de Finanzas del G7 deben estar de acuerdo en que una reforma prudencial internacional oportuna es un componente crítico de la reforma financiera sistémica para la seguridad climática y de la biodiversidad. Deben acelerar la reforma en los sectores bancario y de seguros, y los Ministros de Finanzas del G20 deben respaldar esta agenda, ordenando al Consejo de Estabilidad Financiera, al BCBS y al IAIS en consecuencia. El FSB, BCBS e IAIS deben confirmar un cronograma acelerado sobre los resultados esperados ya en marcha y anunciar hojas de ruta para esta nueva agenda.

Exigimos la anulación de las deudas financieras de los países del Sur Global para permitir una transición energética justa y soberana. El Sur Global debe billiones de dolares en deuda, y al mismo tiempo posee billones de dólares en combustibles fósiles que los países se ven obligados a extraer para pagar la deuda. La anulación de la deuda permitiría financiar una transición energética que podría dejar bajo tierra billones de dólares de combustibles fosiles.

IV. Demandas Políticas y Técnicas

El BCBS debe enfocarse en revisar la revisión del colchón de riesgo sistémico, el umbral de grandes exposiciones y la revisión de los pesos de riesgo de crédito para un conjunto objetivo de exposiciones sujetas a un alto riesgo de transición.

El Consejo de Estabilidad Financiera debería considerar los riesgos relacionados con el clima y la biodiversidad desde una perspectiva más amplia de estabilidad financiera, más allá de la banca y los seguros.

Los reguladores y supervisores financieros nacionales deben aprobar y respaldar estos cambios, mientras que los ministros de finanzas deben impulsar esta agenda en el G20 y el FMI. La implementación de esta agenda debería estar en el núcleo del trabajo del G20 sobre finanzas sostenibles.